Iglesia pentecostal de kissimmee
Nuestra Doctrina
En Que Creemos
. Creemos en el solo Dios viviente, Eterno, Infinito en poder, Santo en naturaleza, atributos y propósitos; y que posee divinidad absoluta e indivisible.
La fe es el resultado de oír o recibir el evangelio de la gracia de Dios.
Creemos que Jesús es Dios: Juan 20.28; Romanos 9.5; Juan 20.28; Romanos 9.5; 1 Juan. 5.20. Creemos que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Lucas 18.18; Juan 5.27; 1 Corintios 15.47.
Creemos en el bautismo en agua por inmersión.
Creemos en el bautismo del Espíritu Santo.
.La Biblia
Creemos que la biblia es inspirada por Dios, y es la palabra infalible de Dios (2 Timoteo 3:16).
La biblia es la única y determinada autoridad dada por Dios que el hombre posee; por lo tanto, toda doctrina, fe, esperanza y toda la instrucción para la iglesia debe estar basada en ella.
.El nombre
Dios usó diferentes títulos tales como: «Elohim», el Dios Todopoderoso, «El Shaddai». Jehová, y especialmente el Señor Jehová, el nombre redentor en el Antiguo Testamento. Pero en el nuevo testamento, se nos ha manifestado con el nombre de JESUS; (Filipenses 2:9-10)(Hechos 4:12).
«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.» (Isaías 9.6). La profecía de Isaías se cumplió cuando se le puso nombre al Hijo de Dios. «Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.» (Mateo 1.21-23) «Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hechos 4.12).
.La naturaleza de Dios
Creemos en el solo Dios viviente, Eterno, Infinito en poder, Santo en naturaleza, atributos y propósitos; y que posee divinidad absoluta e indivisible.
La Escritura afirma, asume y declara que el conocimiento de Dios es universal (Romanos 1.19, 20, 28, 32; 2.1 S). Dios es Indivisible, inmaterial, sin partes, sin cuerpo y por lo tanto libre de toda limitación. Él es Espíritu (Juan 4.24).
El primer mandamiento de todo es: “Oye Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es». (Marcos 12.29); (Dt. 6.4). «Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos» (Efe 4. 6)
.Emanuel Dios con nosotros
«Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otros tiempos a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo (Hebreos 1.1, 2).
Creemos que Jesús es Dios: Juan 20.28; Romanos 9.5; Juan 20.28; Romanos 9.5; lJn. 5.20. Creemos que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Lucas 18.18; Juan 5.27; 1Corintios 15.47.
Este solo Dios verdadero se manifestó asimismo en el Antiguo Testamento, en varías maneras. En el Hijo cuando caminó entre los hombres, y como el Espíritu Santo después de la ascensión.
El solo Dios verdadero. Jehová del Antiguo Testamento, tomó sobre sí mismo la forma de hombre, y como el Hijo del Hombre, nació de la virgen María. Como Pablo dice: «E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria. » (1Timoteo 3.16)
.Creación del hombre
En el principio Dios creó al hombre inocente, puro y santo. “Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creo Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados». (Gen. 5.1-2). «Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo…? (Mateo 19.4).
.La caída del hombre
Por el pecado de desobediencia, Adán y Eva, los primeros de la raza humana, cayeron de su santo estado y Dios los expulsó del Edén. Desde entonces, por la desobediencia de un hombre, el pecado entró en el mundo. «He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones» (Ec. 7.29). «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios». (Romanos 3.23). Por tanto, como el pecado entró al mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron». «Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos». (Romanos 5.12, 19).
-La gracia de Dios y la salvación del hombre
La gracia es el favor inmerecido por el cual Dios rescata al hombre habilitándole para una vida nueva, pasando por alto en su paciencia los pecados pasados. «Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quién Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. (Romanos 3.24-25). «Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente» (Tito 2.11-12). «Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo» (Juan 1.17).
El cristiano debe guardarse en la gracia y en el amor de Dios para conservar su salvación. Cuando una persona comete transgresión y peca contra Dios, pierde su favor. Y si continúa cometiendo pecado y no se arrepiente, finalmente se perderá y será lanzado al lago de fuego. (Léase Juan 15.2; 2 Pedro 2.20-21). Judas habla de los que tornaron atrás y de su recompensa (Léase Hebreos 6.4-6) «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es donde Dios» (Efesios 2.8)
-La Fe
Es, pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11.1).
La fe es el resultado de oír o recibir el evangelio de la gracia de Dios. «Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.” (Romanos 5.2, 10,17).
-Arrepentimiento y conversión
La palabra «arrepentimiento»
viene de varias palabras griegas que significan cambio de miras y propósitos, cambio de corazón, cambio de mente, cambio de vida, transformación, etc. «Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar». (Isaías 55.7; Lucas 13. 1-5).
El arrepentimiento genuino es la confesión y abandono de los pecados. Juan el bautista predicó el arrepentimiento. Jesús lo proclamó, y los apóstoles lo enfatizaron tanto a judíos como a gentiles. “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2.38; 17.30).
-Bautismo en agua
La palabra bautizar quiere decir sepultar o sumergir (Romanos 6.4-5). La manera escritural del bautismo es por inmersión, y es sólo para aquellos que se han arrepentido completamente, apartándose de sus pecados y del amor al mundo. Debe ser administrado por un ministro autorizado (del evangelio) en obediencia a la Palabra de Dios, y en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, de acuerdo con los Hechos de los Apóstoles 2.38; 8.16; 10.48; 19.5), obedeciendo así Mateo 28.19. «Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén» (Lucas 24.47).
-El bautismo del Espíritu Santo
Los términos «bautizar en Espíritu Santo y «Llenos del Espíritu Santo», «el don del Espíritu Santo», son términos usados indispensablemente en la Biblia. Juan el Bautista, en Mateo 3.11, dijo: «Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.» El Señor también dijo a sus discípulos: «… Vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días». (Hechos 1.5) Lucas nos dice en Hechos 2.4 «Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas según el Espíritu les daba que hablasen». Es escritural que todos los que reciban el don, o sean llenos del Espíritu Santo reciban la misma señal física inicial… hablar en otras lenguas, como se relata en Hechos 2.4; 10.46; 19.6 y/o el don de lenguas como se explica en 1Corintios Capítulo 12 y 14.
-El Nuevo nacimiento
El Nuevo Nacimiento es el resultado de haber sido engendrado por la Palabra y haber nacido de ella, y se refleja en la persona mediante el arrepentimiento, la conversión y la obediencia al evangelio. «Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios». (Juan 3.3). «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2Corintios 5.17). «Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas». (Santiago 1.18).
-Los dones
Los dones son dados para capacitar a los miembros del cuerpo de Cristo, y siendo provenientes de Dios. Nunca son dados para uso particular, ni para enaltecimiento de la persona, ya que estos dones son temporalmente como manifestación del Espíritu Santo para provecho, edificación de la Iglesia y propagación del Evangelio. «Pero a cada uno les es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro. Palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro fe, por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. (1Corintios 12.7-11). «Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza edifica a la Iglesia». (1Corintios 14.3-4).
-La santidad
“Y esto erais algunos; Mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios». (1Corintios 6.11).
Vivir piadosamente debe caracterizar la vida de todo hijo del Señor, y debemos vivir de acuerdo con el modelo y ejemplo dado en la Palabra de Dios, «porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. Enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente» (Tito 2.11-12). “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición, cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente». (1Pedro 2.21-23).
-Santidad Divina
El primer pacto que el Señor (Jehová) hizo con los hijos de Israel después de haberlos sacado de Egipto, fue un pacto de salud. El Señor dijo: «… Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, (Jehová-Rapha, El Señor sana) e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador» (Éxodo 15.26).
En algunas traducciones se lee: «Porque yo soy Jehová tu médico»; siendo él nuestro médico o doctor tenemos el más capaz de todo el mundo. Nuestro Señor Jesucristo recorrió toda Galilea, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad en el pueblo, (Mateo 4.23-24). «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos» (Hebreos 13.8). Los sufrimientos vicarios del Señor Jesucristo, pagados por la sanidad de nuestros cuerpos, fueron los mismos que por la salvación de nuestras almas porque «por su llaga fuimos nosotros curados» (Isaías 53.5). En Mateo 8.17 se lee «…El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
-La Iglesia
La Iglesia es el cuerpo de Cristo, conformado por los llamados por el evangelio, alrededor de la Persona y obra del Señor Jesucristo, incorporados a ella por la obediencia a la verdad. «Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mateo 16.18).
Sus prácticas y doctrinas están contenidas en la Palabra de Dios. «Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo» (Efesios 1.22. 23). «Un cuerpo y un Espíritu como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación» (Efesios 4.4). «Y él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia, él que es el principio, el Primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia» (Col. 1.18).
-Partimiento del Pan ( Santa Cena)
La comunión de los santos es el resultado de la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, con el propósito de llegar a la unidad de la fe. «Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón”. (Hechos 2.42. 46). La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?, El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan (1 Corintios 10.16-17). «Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado» (1 de Juan 1.5-7).
-El reino de Dios
A) Es el gobierno que él ejerce por su Espíritu en los creyentes «…He aquí el reino de Dios está entre vosotros». (Lucas 17.21).
«Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo» (Romanos 4.17).
B) El establecimiento de Jesucristo, hijo de David, en el trono de Israel, y el milenio será la manifestación gloriosa del reino de Jesucristo sobre toda la tierra. «No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar» (Isaías 11.9). «Y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo» (Hechos 3.20-21).
C) Los cielos nuevos y la tierra nueva son la tercera y última etapa del reino de Dios, «Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre» (Isaías 66.22). «Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la Justicia». (2 Pedro 3.13). «Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más» (Apocalipsis 21.1).
-La resurrección
La resurrección es la esperanza del cristianismo. «Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo; y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí», (Job 19.25-27). «En cuanto a mí, veré tu rostro en Justicia; estaré
Satisfecho cuando despierte a tu semejanza”. (Salmos 17.1-5). «Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá, (Juan 11.25). «Pero que ahora ha sido manifestado por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio’ (2 Timoteo 1.10).
De Jesucristo: La resurrección de Jesucristo marca la esperanza del cristiano. «Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. (Hechos 2.31). Léase Hechos 4.2; 1 Corintios 15.1-20).
-El recogimiento de la iglesia
Creemos que se está acercando el tiempo de la aparición del señor.«Tampoco queremos hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios. Descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor» (1. Tesalonicenses 4.13-1 7).
«He aquí os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta y los muertos serán resucitados incorruptibles, y otros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya ido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Sorbida es la muerte en victoria (1 Corintios 15.51-54). «Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas» 3.20-21). Este gran acontecimiento se efectuará antes de la gran tribulación.
-La gran tribulación
Es la ira de Dios contra este mundo pecador, y en este tiempo Dios se volverá a Israel para levantarlo. «En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro» (Daniel 12.1). «Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie seria salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados (Mateo 24.21 -22).
-Segunda venida del Señor
Jesús viene por segunda vez en persona, tal como se fue. Está claramente expuesto por el mismo Señor Jesús, y fue Predicado y enseñado en la Iglesia primitiva por los apóstoles.
«Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (Mateo 24.30). «Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron juntos a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?, Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo». (Hechos 1.10-11).
-Segunda venida del Señor
Jesús viene por segunda vez en persona, tal como se fue. Está claramente expuesto por el mismo Señor Jesús, y fue Predicado y enseñado en la Iglesia primitiva por los apóstoles.
«Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (Mateo 24.30). «Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron juntos a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?, Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo». (Hechos 1.10-11).
-El milenio
El milenio es el período de la restauración de todas las cosas de que hablan los profetas y los apóstoles. «Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén. Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas.
-El juicio Final
En el Juicio Final participarán todos los hombres que hayan muerto sin Cristo, y los que estén sobre la tierra en el tiempo de purificación. Este juicio se efectuará al final del milenio, y también se le conoce con el nombre de Juicio del Trono Blanco. La Iglesia no será Juzgada sino que ella misma intervendrá en el Juicio que Dios tiene preparado. ¿O no sabéis que los santos han de Juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser Juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? (1 Corintios 6.2-3). «En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio» (Romanos 2.16).
-El matrimonio
El matrimonio es un estado santo que fue establecido desde el principio, y es honroso en todos. (Génesis 2.21-24; Mateo 19.15 y Hebreos 13.4).
Los matrimonios deben verificarse según las leyes del país, y luego solemnizarse en la Iglesia. Las parejas que no hayan legalizado su unión y deseen bautizarse, deben cumplir primeramente con los requisitos de las leyes civiles.
Creemos que el matrimonio es una unión que debe perdurar mientras viven los dos cónyuges. Al morir uno de ellos, el otro estará libre para casarse, y no peca si lo hace en el Señor (Romanos 7.1-3; 1 Corintios 7.39).
Divorcio: Es factible sólo cuando las causales ajusten a lo estipulado en la Palabra de Dios. (Mateo 19.9). Enseña que es la parte inocente la que puede hacer uso de ese derecho.
Divorcio
Es factible sólo cuando las causales ajusten a lo estipulado en la Palabra de Dios. (Mateo 19.9). Enseña que es la parte inocente la que puede hacer uso de ese derecho.
-Plan financiero de Dios
Dios siempre sensible a la necesidad de su pueblo, estableció su plan financiero que comprende: Diezmos, ofrendas, primicias, votos y donativos de ayuda a los necesitados. Mateo 23:23
Deuteronomio 12:6, Malaquías 3:10, Hebreos 13:16, Proverbios 3:9, Hebreos 7:2-10.